No sé cómo será tu relación con las cremalleras invisibles. Yo a día de hoy puedo decir que estoy en una fase de amor profundo, pero reconozco que llegar hasta aquí me ha costado lo mío.
Cuando empecé a coser me aterraban, tanto que si un patrón que me gustaba llevaba cremallera invisible lo desestimaba sin miramientos, o me las apañaba para modificar el patrón y cerrar la prenda con botones.